Guerra por los biocombustibles se intensifica en EEUU
(BLOOMBERG) Parece que el debate académico en el que había transitado el tema de los biocombustibles, podría asumir nuevos ribetes, convocar a nuevos protagonistas y hasta desatar tantas y tan divididas pasiones como lo ha hecho hasta ahora.
Por lo pronto, las empresas del sector de la alimentación, como Kellogg Co., Tyson Foods Inc. y Kroger Co., todas de estas de Estados Unidos, están coordinando los esfuerzos para reducir las exigencias de sus autoridades en el uso del biocombustibles con una nueva campaña que lleva por lema: "Comida antes que gasolina".
La fortaleza de la frase, que resume en gran medida parte de todo el debate, ha logrado arrastrar las posturas de los mismos extremos, que han protagonizado todo el debate.
Grocery Manufacturers Association (GMA), American Meat Institute, National Restaurant Association y otros colectivos dicen que el creciente uso del maíz para la fabricación de etanol está elevando el coste de los alimentos. La presión del sector para luchar contra el requerimiento del Gobierno federal de casi duplicar la producción de etanol a 15,000 millones de galones (unos 57,000 millones de litros) para el 2015 podría lograr que se reduzca este volumen, coadyuvando a los beneficios de las empresas y reduciendo los precios de los consumidores, dijo el responsable de la Asociación de Fabricantes de Alimentos, Cal Dooley.
"Estamos pidiendo al Congreso que de marcha atrás y revise nuestra política en biocombustibles, que está distorsionando el mercado y dañando al medio ambiente y a los consumidores", señaló en una entrevista Dooley, un ex congresista Demócrata de California.
Dooley agregó que la coalición intentará persuadir a miembros del Congreso para que relajen las normas de uso del etanol, reduzcan los créditos fiscales para los mezcladores de etanol estadounidense y disminuyan un arancel a las importaciones de etanol.
La GMA, que representa a Kellogg, el mayor fabricante de cereales de Estados Unidos, y Kroger, la mayor cadena de tiendas de alimentación, así como Coca-Cola Co., Kraft Foods Inc. y ConAgra Foods Inc., y otros grupos podrían comprar publicidad para difundir su mensaje, dijo.
El etanol podría contribuir en hasta un 25 % al inusualmente rápido encarecimiento de los alimentos en Estados Unidos, dijo el Departamento de Agricultura. La inflación en los alimentos podría ser en Estados Unidos del 5.5 % este año, la mayor tasa desde 1989.
Presión
Los biocombustibles están presionando a empresas como Tyson Foods, el mayor empacador de carne. El responsable ejecutivo Richard Bond ha dicho que el pienso para animales, que compite con el etanol en el uso del maíz, se ha encarecido lo suficiente como para hacer inevitable subir los precios de la carne. Los contratos de futuros sobre el maíz han subido un 72 % el año pasado.
Los defensores de los biocombustibles, que incluyen al gobierno de Bush, dicen que los efectos del etanol sobre el precio de los alimentos son exagerados y citan estudios que muestran que el aumento del precio del crudo, la debilidad del dólar y, posiblemente, la especulación en materias primas contribuyen más a la inflación.
Por lo pronto, las empresas del sector de la alimentación, como Kellogg Co., Tyson Foods Inc. y Kroger Co., todas de estas de Estados Unidos, están coordinando los esfuerzos para reducir las exigencias de sus autoridades en el uso del biocombustibles con una nueva campaña que lleva por lema: "Comida antes que gasolina".
La fortaleza de la frase, que resume en gran medida parte de todo el debate, ha logrado arrastrar las posturas de los mismos extremos, que han protagonizado todo el debate.
Grocery Manufacturers Association (GMA), American Meat Institute, National Restaurant Association y otros colectivos dicen que el creciente uso del maíz para la fabricación de etanol está elevando el coste de los alimentos. La presión del sector para luchar contra el requerimiento del Gobierno federal de casi duplicar la producción de etanol a 15,000 millones de galones (unos 57,000 millones de litros) para el 2015 podría lograr que se reduzca este volumen, coadyuvando a los beneficios de las empresas y reduciendo los precios de los consumidores, dijo el responsable de la Asociación de Fabricantes de Alimentos, Cal Dooley.
"Estamos pidiendo al Congreso que de marcha atrás y revise nuestra política en biocombustibles, que está distorsionando el mercado y dañando al medio ambiente y a los consumidores", señaló en una entrevista Dooley, un ex congresista Demócrata de California.
Dooley agregó que la coalición intentará persuadir a miembros del Congreso para que relajen las normas de uso del etanol, reduzcan los créditos fiscales para los mezcladores de etanol estadounidense y disminuyan un arancel a las importaciones de etanol.
La GMA, que representa a Kellogg, el mayor fabricante de cereales de Estados Unidos, y Kroger, la mayor cadena de tiendas de alimentación, así como Coca-Cola Co., Kraft Foods Inc. y ConAgra Foods Inc., y otros grupos podrían comprar publicidad para difundir su mensaje, dijo.
El etanol podría contribuir en hasta un 25 % al inusualmente rápido encarecimiento de los alimentos en Estados Unidos, dijo el Departamento de Agricultura. La inflación en los alimentos podría ser en Estados Unidos del 5.5 % este año, la mayor tasa desde 1989.
Presión
Los biocombustibles están presionando a empresas como Tyson Foods, el mayor empacador de carne. El responsable ejecutivo Richard Bond ha dicho que el pienso para animales, que compite con el etanol en el uso del maíz, se ha encarecido lo suficiente como para hacer inevitable subir los precios de la carne. Los contratos de futuros sobre el maíz han subido un 72 % el año pasado.
Los defensores de los biocombustibles, que incluyen al gobierno de Bush, dicen que los efectos del etanol sobre el precio de los alimentos son exagerados y citan estudios que muestran que el aumento del precio del crudo, la debilidad del dólar y, posiblemente, la especulación en materias primas contribuyen más a la inflación.
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