China ganará más tierras con biotecnología

(Bloomberg) Con una población de más de 1,300 millones de habitantes, China busca nuevas formas de aprovechar mejor sus recursos y la tecnología ha de jugar un papel muy importante. El cambio de destino de algunas cosechas, que antes se empleaban en la industria alimentaria y ahora se vuelcan a la producción de biocombustibles, finalmente captó la atención de los estrategas políticos en China. Aun cuando el país busca usar 10 millones de toneladas de bioetanol y 2 millones de toneladas de biodiesel anualmente para el 2020, los planificadores son conscientes también de que tienen 1,300 millones de bocas que alimentar. Por ello, la nueva estrategia, dada a conocer en un plan emitido en julio por el Ministerio de Agricultura y reiterada hace unos días por Chen Deming, vicepresidente de la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de Pekín, apunta a que la mayor parte del biocombustible provenga de fuentes que no sean cereales, tales como el sorgo dulce, la caña de azúcar y la mandioca. Oficialmente, China tiene cuatro fábricas que producen un millón de toneladas de etanol por año, en su mayor parte a partir del maíz. En realidad, hay cientos de pequeñas unidades desreguladas que convierten el grano en combustible, situación que hace que sea cada vez más costoso para los productores pecuarios alimentar a sus cerdos. InflaciónLos precios del cerdo escalaron este año, haciendo que se acelere la inflación china a su ritmo más rápido en un decenio en julio. Tiene sentido que China limite la competencia entre alimentos y combustible, porque parten de los mismos recursos escasos: tierra para sembrar y agua. No obstante, esto por sí solo no será suficiente para satisfacer el desafío de China de largo plazo de garantizar la seguridad alimentaria a su población. Más de las dos quintas partes del aumento del 55 por ciento en el consumo mundial de carne entre 1997 y 2020 se espera que se produzca en China, según el Internacional Food Policy Research Institute, de Washington. Alimentos transgénicosDe los 102 millones de hectáreas de tierra sembrada con semillas transgénicas en todo el mundo, 3.5 millones de hectáreas corresponden a China. El arroz genéticamente modificado, que constituye el 10 por ciento del dinero que el Gobierno chino gasta en investigación de biotecnología, se espera que comience a venderse en el 2005. Ese cronograma se descontroló después de que investigadores de la organización ecologista Greenpeace International afirmaran haber descubierto arroz transgénico no aprobado en la provincia de Hubei. No obstante, es apenas una cuestión de tiempo antes de que los alimentos chinos se vuelvan transgénicos en gran medida. Cultivo de tejidosLa biotecnología involucra algo más que una modificación de genes. El otro sector que presenta una gran promesa es el cultivo de tejido de plantas, que no involucra cambios en la composición genética de las plantas, pero que no obstante puede ser usado para desarrollar variedades que ayudan a cumplir las metas específicas de políticas públicas. Al alterar la estructura de las células del álamo, los científicos en el Grupo de Biotecnología Forestal Industrial de Guangzhao han desarrollado una variante tolerante a la sal, que puede llevar vida a la mitad de las tierras salitrosas de China -o alrededor de 30 millones de hectáreas-, dice Song Xuemeng, principal ejecutivo de la empresa.

Fuente: Diario Gestion

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